World Light Estudio ilumina, por encargo de la interiorista Marga Rotger, la tradicional frutería mallorquina, Fruites i Verdures Son March.
La empresa Fruites i Verdures Son March hace más de 40 años que se fundó y está especializada en la distribución de fruta y verdura para el sector de la hostelería. Hace unos años abrieron una frutería para el cliente local. Al ampliarse el negocio se trasladaron a unas nuevas instalaciones, una gran nave en la entrada a Sa Pobla, en el interior de la cuál decidieron abrir una segunda tienda con más de 300 m2 de exposición. La interiorista Marga Rotger se encargaba de realizar un proyecto de interiorismo que transmitiera una imagen más moderna e innovadora, huyendo de estereotipos y haciendo un guiño a la tradición y al campo rural cuidando los pequeños detalles que son los grandes protagonistas del proyecto. El objetivo era unir tradición y sostenibilidad con un enfoque innovador y funcional para resaltar el producto.
El local se divide en cuatro ambientes diferenciados:
– Zona exposición de fruta y verdura de temporada.
– Zona take away donde preparan ensaladas, pokes, sandwiches y zumos naturales.
– Zona productos ecológicos y a granel.
– Zona de cajas
Se buscaba un concepto actual y atrevido donde la idea era sorprender al cliente final. Un guiño al pasado, pero con una visión muy moderna donde se han elegido materiales y texturas que recuerdan el trabajo en el campo y que, precisamente, se pretende revalorizar. De ahí la elección de baldosas en forma hexagonal como si fuera un panal de abejas, baldosas de barro realizadas a mano, una textura creada en la pared que simula la tierra labrada, telas de lenguas mallorquinas para los toldos, escaleras de madera para la recogida de higos, etc…todo ello dentro de un contexto muy moderno. El color mostaza es el protagonista de todo el local, que hace referencia a la extraordinaria luz del sol que tenemos en Mallorca.
Como anécdota del proyecto, Marga Rotger consiguió que sus clientes aceptaran la idea de incorporar en la entrada del local un triciclo motorizado “Vespacar”. Buscaba un elemento que llamara mucho la atención del cliente final. Al principio les costó asumir la propuesta, pero luego les encantó. Estuvimos meses buscando hasta que encontramos una pieza muy antigua. Tuvo que ser restaurada totalmente, ya que estaba en muy malas condiciones. Y luego con una sencilla iluminación, el resultado fue genial.
En el caso de la frutería tuvimos que iluminar cada zona con una potencia y color de luz diferente, ya que se necesitan tonalidades diferentes para enfatizar y revalorizar el producto expuesto. El soporte técnico y su experiencia en el campo de la iluminación de World Light ha sido fundamental para llevar a cabo este proyecto.